Así que cuando la maestra de Lola pide a sus alumnos que hagan un dibujo del lugar del que emigraron sus familias, todos los niños se entusiasman. Todos, menos Lola. Ella no recuerda la Isla: se fue cuando era apenas un bebé. Pero con la ayuda de su familia y de sus amigos, todos ellos con sus recuerdos —felices, maravillosos, tristes, aterradores—, la imaginación de Lola la lleva en un extraordinario viaje de regreso a la Isla. Cuando finalmente se acerca al corazón de la historia de su familia, Lola llega a entender el sentido de las palabras de su abuela: «Que no recuerdes un lugar, no significa que no sea parte de ti».
Espléndidamente ilustrado, y escrito en una bella prosa, Lola es un homenaje a la creatividad, a la diversidad y a la imaginación sin límites, que nos permite conectar con nuestra familia, nuestro pasado y con nosotros mismos.